El motivo del encuentro es la entrega del premio Mario Abel Amaya, por la defensa de los trabajadores, un premio que no busque ni creo merecer, pero es a la vez un honor y un orgullo haber compartido dicho evento con una figura de las características del Dr. Hipolito Solari Yrigoyen.-
El premio inesperado es haber compartido con Don Hipólito todo el día sábado y domingo posterior al evento, donde pude conversar sobre muchísimos aspectos de su heroica y novelesca vida.-
Su destacada trayectoria política, y la particularidad de ser descendiente por línea materna y paterna de Leandro Alem y de Hipolito Yrigoyen, su rol preponderante en la defensa de gremialistas de la talla de Agustín Tosco y Raimundo Ongaro, su defensa de distintos presos detenidos por razones políticas, entre los que se incluyen los presos de la masacre de Trelew, junto con el malogrado correligionario Mario Abel Amaya, su oposición a la actual ley sindical que seguimos padeciendo y que hizo que Lorenzo Miguel, entonces dirigente de la UOM lo declarara el enemigo Publico Nº 1, los dos atentados fallidos por parte de la triple A, su secuestro, desaparición , tortura y expulsión ocurrida en el gobierno de facto, en donde pierde la vida el Dr. Mario Abel Amaya, constituyen pilares heroicos y símbolos de la entrega la pasión el desinterés y la militancia que nos enorgullece como radicales y como argentinos.-
Lamentablemente este pasado heroico y glorioso se choca con este presente incierto y claudicante, puesto que los amigos radicales de Villarino me cuentan de los episodios bochornosos y vergonzantes sucedidos en la última reunión del Comité de la U.C.R. de Villarino que usted preside.-
No quiero tratar de mentirosos a las personas que me relataron estos sucesos, pero a pesar de estar acostumbrado a las infinitas miserias y agachadas que he presenciado en mi corta vida como militante, es mi deber como afiliado inquirir a usted personalmente en su carácter de presidente, a fines de poder aceptar y digerir lo que aquí le paso a relatar.-
Me han referido que los convencionales (tanto el suplente como el titular, no concurrirán a la convención a realizarse en Arrecifes este viernes porque van a perder un día de su trabajo).-
Me han comentado también que después de tamaña declaración, hubo una especie de votación en donde se decidió, (ignoro con que quorum y en qué porcentaje) no enviar a los convencionales.-
Me permito opinar, que ese votación es nula de nulidad absoluta, ya que ningún comité puede decidir acerca de algo que solo debe modificarse mediante el procedimiento establecido para reformar la carta orgánica.-
Para ejemplificar el absurdo en que se incurrió, es como manifestar que los concejales no van a concurrir a las sesiones porque pierden un día de trabajo, o no donen la dieta al partido porque no les alcanza para su subsistencia, o que no se respete el cupo femenino porque nos parece de machos ocupar toda la lista con hombres, o que decidiéramos que no reconozcamos los artículos 79, 164, o 268 del código penal que impone porque somos abolicionistas y nos parece que las cárceles no persiguen los fines de resocialización y podemos robar, matar o enriquecernos ilícitamente a nuestro antojo siempre y cuando nos juntemos y en medio de una discusión como me imagino que habrá ocurrido , votemos alegremente.-
Trato de mitigar un poco de humor absurdo en esta misiva, para contrarrestar la indignación que me provoco anoticiarme de esa “votación” y de la no concurrencia.-
No es mi intención pedir sanciones para personas que no cumplen con la carta orgánica, y que no están a la altura del cargo al cual han arribado.-
Es más indignante recordar cómo estas personas o personajes han arribado a esos cargos, ya que si la memoria no me traiciona, se eligieron y reeligieron en el patio de su casa, mientras posaban sonrientes para la foto junto con otros advenedizos que siguen probando fortuna en cualquier otro espacio político que les permita saciar sus ambiciones personales.-
Como no estaba presente en esa reunión, ya que me encontraba en Rio Negro, por motivos que no vale el caso mencionar, es que renuncie al puesto de vicepresidente que ya detentaba, porque no comparto esta manera posmoderna de elección y reelección.-
Como militante y afiliado, me permito expresar mi vergüenza e indignación por aquellas personas que se han servido del partido ocupando cargos a los que han llegado a dedo (delegado, concejal, intendente) y que después de pasar ininterrumpidamente por la ventanilla, no cumplen con las funciones esenciales de ese cargo porque “pierden” un día de trabajo.-
En las reuniones de Comité que me ha tocado presenciar junto a usted en los dos años que ocupe digna y orgullosamente mi cargo, las estupideces y sonseras a las que he tenido que presenciar , superan la imbecilidad media, sin olvidar que pocas veces se habla del bien común y de cómo podemos los radicales ayudar a los sufridos ciudadanos de Villarino, Como reza el título de la novela de Milan Kundera, creo que “La vida está en otra parte”; y que hay que trabajar y poner el pecho en otros lugares para conmover, y convencer a la gente que La Unión Cívica Radical es la opción que deben elegir, afortunadamente nuestros concejales comparten esta premisa, como lo demuestran sus acciones que son reconocidas por la sociedad.-
Comente este episodio a Don Hipólito el domingo a la mañana, y se indignó con esta actitud miserable, manifestándome” son siempre los mismos que se desesperan por tener algún cargo y cuando tienen que ir a la convención no aparecen”.-
Mencionar a Leandro Alem, Hipólito Yrigoyen; Mario Amaya e Hipólito Solari Yrigoyen con su glorioso pasado, con su pasión, con su desinterés, su militancia, su heroísmo y presenciar angustiado este presente, me recuerda el tango cambalache,… la biblia junto al calefón.-
Pero si mencionamos a nuestros magníficos muertos y a nuestros heroicos sobrevivientes, no es porque ellos precisen de nuestros elogios, de nuestros halagos o de nuestros homenajes, sino que somos nosotros quienes necesitamos de ellos para que nos guien en estos tiempos de mediocridad, de egoísmo y de miseria que nos toca transitar.-
Sin otra particular, y esperando que al menos se de lectura a mi apresurada esquela, saludo a usted con la más alta consideración que su cargo merece.-
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